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¿Cómo afectan las enfermedades autoinmunes a la fertilidad?

enfermedades autoinmunes y fertilidad

Según la OMS, entre un 2% y un 7% de la población mundial padece una enfermedad autoinmune. Un tipo de afección que ataca y destruye las células y tejidos sanos del cuerpo. Pero además, se relaciona con ciertas complicaciones durante el embarazo.

Las pacientes con enfermedades autoinmunes pueden ser madres de la misma forma que las mujeres sanas, pero puede requerir ayuda médica como la reproducción asistida, si no se logra el embarazo o si éste se ve interrumpido en varias ocasiones.

¿Qué son las enfermedades autoinmunes?

Las enfermedades autoinmunes son un grupo de enfermedades en las que existe un fallo en el sistema inmunitario que hace que el propio cuerpo se haga daño a sí mismo. Siendo algunas de las más frecuentes el síndrome de Sjögren, la esclerodermia, la vasculitis sistémica, esclerosis múltiple, la miopatía inflamatoria, lupus eritematoso, entre otras.

La fatiga, la debilidad muscular y el dolor son algunos de los síntomas más habituales que experimentan los pacientes. Pero además, en el caso de las mujeres pueden darse problemas de fertilidad, ya que pueden influir en la reserva ovárica, en la calidad de los óvulos y en la propia gestación. Con lo cual, hay un mayor riesgo de aborto en el primer trimestre o de que la implantación no se realice correctamente, lo que puede afectar a la evolución del embarazo.

Por este motivo, cuando una mujer que padece una enfermedad autoinmune y quiere quedarse embarazada, es importante que haya un asesoramiento muy detallado y un buen estudio preconcepcional. Además, es habitual que requieran de medicación adyuvante y de una serie de medidas para evitar efectos indeseados y que el embarazo marche correctamente.

¿Cómo influyen las enfermedades autoinmunes en la fertilidad?

Por lo general, las enfermedades autoinmunes afectan a las mujeres en edad fértil. La mayor parte de estas enfermedades no se relacionan con una reducción de la fertilidad. Aunque algunas de ellas, especialmente las enfermedades reumáticas, pueden provocar sequedad vaginal, alteraciones del ciclo menstrual y relaciones sexuales dolorosas.

Uno de los principales factores de riesgo para la infertilidad es la ingesta de determinados medicamentos que se usan para el tratamiento de la enfermedad, sobre todo citotóxicos e inmunosupresores. Pudiendo alterar la reserva ovárica y producir malformaciones en el feto cuando se toman durante la gestación.

Si la mujer no quiere quedarse embarazada aún y tiene que empezar a tomar este tipo de medicamentos, la reserva ovárica puede verse alterada, por lo que es recomendable realizar un proceso de vitrificación de óvulos para preservar la fertilidad

Si en el futuro quiere ser madre, con un adecuado control obstétrico, no tiene por qué haber riesgos durante el embarazo ni el parto. Eso sí, es conveniente que el tratamiento que se tome sea compatible con la gestación.

¿Qué problemas pueden darse durante el embarazo?

La mayoría de las enfermedades autoinmunes tienen una gran influencia hormonal. Dado que el embarazo conlleva importantes cambios hormonales, la combinación de ambas cosas puede traer consigo complicaciones.

La situación hormonal del embarazo puede hacer que la enfermedad remita o disminuyan las consecuencias dañinas, pero este escudo de protección se reduce al nacer el bebé, pudiendo reactivarse la enfermedad incluso con más fuerza, provocando brotes o recaídas. 

Por eso, aquellas mujeres que padecen este tipo de enfermedades y quieran quedarse embarazadas, deben visitar a su médico para evitar correr riesgos. Además, después del embarazo, para que la enfermedad no se agrave, es importante iniciar un tratamiento inmunomodulador de forma inmediata. Como es lógico, la lactancia está completamente desaconsejada, ya que la medicación podría llegar a la leche materna y afectar al niño.

En cualquier caso, hay que aclarar que el factor inmunológico en sí mismo no es suficiente para hacer un diagnóstico de infertilidad. No debe ser planteado de forma aislada en la búsqueda de un embarazo, sino que también está relacionado con otros factores infecciosos, endocrinos, metabólicos y nerviosos, por lo que siempre es conveniente realizar un abordaje del problema desde un punto de vista multidisciplinar.

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