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El papel de la genética en los tratamientos de fertilidad

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Los genes, presentes en cada célula de nuestro cuerpo, son los que determinan nuestra apariencia y, en cierta medida, nuestro carácter y nuestras habilidades. La carga genética de cada persona es la combinación de genes que hemos heredado de nuestros padres. Cada óvulo y cada espermatozoide llevan una carga genética que, al unirse, dan lugar a un embrión y posteriormente se irá desarrollando en un feto.. Por eso, aunque hay muchos hermanos que se parecen nunca son idénticos.

Precisamente, una de las principales razones de éxito de los tratamientos de reproducción asistida radica en la selección de los embriones. En los últimos años, se han conseguido resultados excepcionales gracias a la medicina reproductiva, lo que resulta de gran utilidad para la selección genética de los embriones que van a ser transferidos o, por ejemplo, con el análisis del endometrio antes de llevar a cabo la transferencia.

Técnicas que, además de contribuir al aumento de las tasas de éxito de este tipo de tratamientos, también permiten reducir el tiempo necesario para conseguir el embarazo y evitar efectos secundarios indeseados, como abortos de repetición. 

Hoy, en concreto, queremos hablar del importante papel que juega la genética en el análisis de los embriones y de los gametos, y en los test de compatibilidad genética, cómo se lleva a cabo y cómo influyen en los tratamientos de nuestros pacientes.

Análisis genético de los embriones

El análisis genético de los embriones nos permite descartar aquellos embriones que no cuentan con posibilidades de ser evolutivos, reduciendo así el porcentaje de fracasos. Los avances y el perfeccionamiento realizado en los análisis genéticos ayudan a estudiar y diagnosticar la genética de los distintos embriones que se van generando en los laboratorios de reproducción asistida y elegir aquellos que tienen más posibilidades de éxito, aumentando de este modo las posibilidades de implantación y reduciendo el porcentaje de abortos.

Una técnica muy habitual es el Screening Genético preimplantacional de aneuploidías (PGT-A), que sirve para descartar aquellos blastocistos que presentan alguna anomalía cromosómica, con el fin de prevenir transferencias con alto riesgo de fracaso. Gracias a ello, se puede reducir el número de intentos en los tratamientos de reproducción asistida para lograr un embarazo evolutivo y evitar complicaciones tanto para la madre como para el bebé. 

Aunque, generalmente se recomienda para mujeres de edad avanzada, en casos de abortos de repetición y para parejas con varios fracasos previos en los tratamientos, hay clínicas que lo indican por sistema, ya que la tasa de embriones con anomalías incompatibles con un embarazo evolutivo puede darse a cualquier edad. En ese caso, el tratamiento que se realiza es el de Fecundación in Vitro (FIV), de modo que al sumar el estudio genético, las posibilidades de embarazo sean mayores y los riesgos disminuyan.

Análisis genético de los espermatozoides

Aunque suele darse mucha importancia a la calidad del óvulo, lo cierto es que también es muy importante analizar la calidad de los espermatozoides para conseguir buenos resultados en los tratamientos de reproducción asistida. Por este motivo, las técnicas que tienen que ver con el análisis y la mejora de la calidad seminal son habituales en los laboratorios de reproducción asistida. Las tres características básicas que se analizan son la motilidad, la concentración y la morfología. 

Las Técnicas de Selección Espermática o triple selección espermática, permiten seleccionar espermatozoides de buena calidad genética antes de fecundar al óvulo. Estas técnicas, que pueden ser el PICSI o el MACS, por ejemplo, consisten en elegir espermatozoides con características cromosómicas óptimas para inyectarlos en el óvulo (ICSI) y aumentar así las posibilidades de éxito.

Tests de compatibilidad genética

Cuando una pareja va a realizarse un tratamiento de reproducción asistida con un óvulo de donante, se lleva a cabo un test de compatibilidad genética para saber si hay compatibilidad entre la persona donante y la pareja receptora. De esta forma, puede seleccionarse a una donante compatible y reducir los riesgos de las enfermedades que se estudian con el test. 

Pero también puede hacerse en parejas que están buscando un embarazo natural, con tratamientos de reproducción asistida o que tienen algún parentesco de consanguinidad.

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