En el ámbito ginecológico español, se ha puesto de moda un nuevo término, el de paciente internacional. Este concepto se utiliza para referirse a aquellas personas que viajan a nuestro país con problemas de fertilidad y con la esperanza de recibir un tratamiento adecuado y efectivo.
Desde la Sociedad Española de Fertilidad, se asegura que España es una potencia mundial en el tema de la reproducción asistida por una doble razón; por una parte, la calidad de los profesionales médicos y, por otra, un marco legal avanzado y moderno.
El proceso comienza por la evaluación de los posibles problemas reproductivos de la pareja, para determinar el tratamiento a aplicar. Los futuros padres permanecen en nuestro país unos cinco días de media y se gastan entre 600 y 8.000€, en función de la complejidad de la técnica a aplicar. El seguimiento del embarazo se realiza en el país de origen, ya que se desarrolla como uno natural.