¿Sabías que el estilo de vida que llevamos influye considerablemente en los tratamientos de fertilidad? Con lo cual, si queremos cumplir nuestro sueño de formar una familia, es posible que tengamos que llevar una vida más sana, una dieta más equilibrada, mantener el peso adecuado, hacer ejercicio y evitar el tabaco y el alcohol. Pero el estrés y la ansiedad también tienen su impacto en los resultados de este tipo de tratamientos.
Cualquier proceso de fertilidad, ya sea Inseminación Artificial o Fecundación in Vitro (FIV) puede generar un alto nivel de ansiedad y estrés, además de sentimientos de frustración y falta de control, lo que puede influir negativamente sobre nuestra capacidad reproductiva.
A lo largo de nuestra vida adulta, decidimos planificar el momento más óptimo para ser padres desde el punto de vista profesional, económico y sentimental, dando por hecho que el embarazo llegará cuando queramos iniciar la búsqueda.
Sin embargo, hay veces en las que las cosas no salen como las teníamos planeadas y puede que necesitemos ayuda para hacer realidad nuestro deseo de ser padres. Es entonces cuando llegan las pruebas de fertilidad, el diagnóstico, los encuentros sexuales programados, el miedo al proceso, el control del ciclo y, muchas veces, a encontrar la financiación para costear el tratamiento, lo que puede causar un gran estrés que no resulta nada beneficioso ni para la pareja ni para el tratamiento.
Ejercicios para relajarse durante un tratamiento de fertilidad
Las técnicas de relajación y el entrenamiento de mindfulness pueden ayudarnos a sentirnos más tranquilos y a alejar las preocupaciones de nuestra mente. El objetivo es centrar nuestra atención en el ahora y disfrutar del presente, evitando que nuestra mente viaje constantemente hacia el futuro, especulando sobre hipótesis que aún no han ocurrido.
La aplicación de estos cambios y su uso puede requerir de motivación y tiempo de práctica para aprender a controlar el estrés de manera sana, pero se trata de un gran paso para aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento. Y que, además, puede sernos de utilidad para nuestra vida en general.
Durante los tratamientos de reproducción asistida, se generan sentimientos negativos que influyen en los pacientes tanto a nivel físico como psicológico. Pero, gracias a las técnicas de relajación y autocontrol emocional, podemos aprender a afrontar las diferentes etapas del tratamiento desde una perspectiva más positiva.
Respiración profunda
La respiración profunda es una técnica muy eficaz que ayuda a reducir la ansiedad. Y, para ello, solamente tenemos que realizar los siguientes pasos:
- Acuéstate o siéntate, pero busca una postura cómoda.
- Pon la mano en tu abdomen, cerca del ombligo.
- Cierra los ojos y piensa en el aire que entra a tu cuerpo y en el trayecto que hace.
- Respira por la nariz. Siente como tu barriga, tu espalda y tu diafragma se llenan de aire.
- Expulsa el aire por la boca de forma gradual, sintiendo como tus pulmones se van vaciando por completo.
- Repite este ejercicio 10 veces.
Meditación
Nuestra mente se encuentra constantemente divagando entre pensamiento y sentimiento, lo que puede agravarse durante un tratamiento de fertilidad. Con el mindfulness logramos que esté más serena:
- Todos los días, durante 15 minutos, relájate en una postura cómoda en un entorno relajante y sin ruido.
- Puedes cerrar los ojos o mantenerlos abiertos.
- Mantén la columna recta y deja caer los hombros.
- Intenta mantener la mente en blanco o piensa en cosas que te gusten mucho, para así, evitar caer en los pensamientos negativos.
- Centra tu atención en el estómago y siente cómo se expande con suavidad al inspirar y cómo se contrae al espirar.
Medicina china
La OMS reconoció hace más de tres décadas la eficacia de la Medicina Tradicional China para tratar los problemas de fertilidad. De hecho, es una de las terapias naturales más reconocidas en cuestiones de infertilidad.
Técnicas como los masajes tuina, acupuntura, shiatsu y fitoterapia, permiten regular el equilibrio de la energía en todo el cuerpo y aumentar la circulación sanguínea, ayudando a mejorar la calidad del endometrio, los folículos y el esperma.