La Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides, en inglés IntraCytoplasmic Sperm Injection (ICSI), es la técnica mediante la cual se le introduce un espermatozoide a cada óvulo maduro obtenido en la punción folicular de una manera in vitro en el laboratorio para conseguir que fecunden y generar embriones, que pasados unos días (5-6 días hasta llegar al estadio de blastocisto), se seleccionarán para transferir el mejor de ellos al útero materno. En muchos de los casos, se podrán congelar los embriones de buena calidad que no se hayan transferido para poder usarlos en un futuro si se requiere.
Elisa Flaquer, embrióloga de Ovoclinic
Tras una estimulación ovárica, que dura aproximadamente entre 8-10 días, para poder conseguir el máximo número de ovocitos (en vez de un solo ovocito como obtenemos en un ciclo natural de la mujer), se extraen los óvulos mediante una punción folicular en una sencilla intervención quirúrgica, y son trasladados rápidamente al laboratorio de FIV (Fecundación In Vitro), donde se procesan y se guardan en las condiciones óptimas para su desarrollo en incubadores que simulan la atmósfera y temperatura del ovario y útero.
Pocas horas después de la punción folicular se realizará la ICSI a los “ovocitos maduros” (aquellos que se encuentran en la fase adecuada de su desarrollo para poder ser fecundados) que dependiendo del caso, suele ser entre el 70-80% de los óvulos totales obtenidos.
Esta técnica está indicada en parejas con grandes dificultades para conseguir embarazo de forma natural, ya sea por un factor masculino (bajo recuento de espermatozoides), por un factor femenino (baja reserva ovárica o diferentes patologías) o por un factor mixto y es el tratamiento de Reproducción Asistida con mayor tasa de éxito.
En Ovoclinic nos caracterizamos por transferir a las pacientes SIEMPRE embriones en estadio de blastocisto. Sólo los embriones en estado óptimo de desarrollo son los elegidos para su transferencia, ya que ofrecerán las más altas probabilidades de resultar en un embarazo viable.
