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Transferencia de embriones: ¿ciclo natural o sustituido?

transferencia embriones ovoclinic

La transferencia embrionaria es uno de los últimos pasos del tratamiento de fecundación in vitro (FIV), por lo que no es algo que pueda dejarse al azar. Es muy importante contar con un endometrio receptivo que favorezca la implantación. Para su preparación disponemos de dos procedimientos diferentes: ciclo natural y ciclo sustituido.

¿Qué es la transferencia embrionaria y cómo se realiza?

Una vez que los óvulos de la mujer son extraídos, estos son fecundados en el laboratorio y uno o dos de los embriones resultantes son transferidos al útero materno para que se implanten y dé comienzo el embarazo. 

Se trata de un procedimiento rápido e indoloro que no necesita de anestesia ni de ingreso hospitalario. Con la ayuda de un catéter fino y a través de una ecografía abdominal, el ginecólogo deposita los embriones en el útero. La paciente solamente tiene que quedarse en reposo unos 10 minutos y después puede marcharse para casa y hacer vida normal, solamente evitando los esfuerzos innecesarios.

¿Por qué es tan importante la preparación endometrial?

El endometrio es el encargado de que se produzca la implantación del embrión y, por tanto, el deseado embarazo. Por eso, la preparación del endometrio es tan importante como conseguir embriones de buena calidad. Es evidente que, para conseguir el embarazo, es necesario lograr buenos embriones, pero si el endometrio no se encuentra en condiciones óptimas para la implantación, puede dar lugar a que ocurra un fallo de implantación o un aborto.

Con lo cual, si el endometrio no se encuentra en las condiciones adecuadas, no es recomendable realizar la transferencia del embrión y es preferible valorarlo en el próximo ciclo para conseguir más . Solamente así es posible aumentar las posibilidades de éxito.

Ciclo natural o sustituido: ¿en qué casos son recomendables?

La transferencia de embriones congelados puede llevarse a cabo en ciclo natural o en ciclo sustituido. En términos generales, la principal diferencia entre ambos radica en la manera de realizar la preparación del endometrio, que es la capa que recubre el interior del útero y que permite que el embrión se implante sin problema.

En un ciclo natural, se aprovechan los estrógenos naturales generados por el ovario, mientras que en un ciclo sustituido, los estrógenos son administrados artificialmente a través de determinados medicamentos. La elección de uno u otro método vendrá determinado por el médico, según las preferencias y características de la paciente y del tipo de ciclos menstruales.

Transferencia de embriones en ciclo natural

Este tratamiento es totalmente inocuo, ya que evita la medicación hormonal y aprovecha el crecimiento natural del endometrio. Pero, para ello, es necesario que exista función ovárica y que la mujer sea normoovuladora, lo que significa que tiene que tener ciclos menstruales regulares de entre 21 y 35 días.

Cuando han pasado 10 días desde la última regla, se realizan varias ecografías para comprobar su estado y controlar la ovulación para valorar cuál es el mejor día para llevará a cabo la transferencia.

La principal ventaja de este procedimiento es que es más natural, pues coincide con el ciclo biológico de la mujer. Con lo cual, no existen efectos secundarios. Pero además resulta más económico, ya que no es necesario administrar ningún tipo de fármaco (estrógenos y progesterona). Normalmente, la transferencia tiene lugar tantos días después de la ovulación como días de desarrollo tenga el embrión. Por ejemplo, si el embrión congelado es un blastocisto de 5 días, éste se transferirá al útero 5 días después de la ovulación en ciclo natural.

Transferencia de embriones en ciclo sustituido

En este procedimiento se usan determinados medicamentos para poder llevar a cabo la transferencia de embriones. Se suministran hormonas exógenas, sobre todo estrógenos, para favorecer el crecimiento del endometrio, y progesterona, para facilitar la implantación del embrión. Ambos permiten controlar de manera artificial el ciclo para aumentar las probabilidades de embarazo.

Este tipo de técnica se aconseja principalmente para mujeres que no ovulan, insuficiencia ovárica precoz (IOP) o que tienen ciclos irregulares con bastante frecuencia. Es cierto que implica un mayor coste, pero presenta la ventaja de que es más flexible en lo que respecta a los controles ecográficos y permite planificar la transferencia cuando paciente y médico acuerden.

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