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El éxito de las transferencias con embriones congelados

Embrióloga Madrid

Una de las preguntas que nos hacen los pacientes en consulta es si las transferencias con embriones congelados tienen éxito. Desde Ovoclinic hemos preparado este artículo para despejar todas las dudas sobre la congelación de embriones, ya que entendemos que hay un temor en considerar que hay una peor “efectividad” al tener que pasar por un proceso de desvitrificación.

Todo esto viene a que, desde hace años, la técnica de la que disponíamos en los laboratorios de FIV (Fecundación in Vitro) para congelar los embriones denominada “congelación lenta” era menos efectiva y, en algunos estadios de desarrollo (en concreto en ovocitos y blastocisto) la tasa de supervivencia era inferior a lo deseable.

La llegada de la técnica de vitrificación supuso un antes y un después en la criopreservación embrionaria.

¿Qué tipos de embriones congelamos?

  • Embriones “excedentes” de un ciclo de FIV o ICSI

Tras la extracción de los óvulos en la punción ovárica, se lleva a cabo la fecundación y esto da lugar a la generación de embriones que van a mantenerse en cultivo hasta día cinco – blastocisto – en los incubadores del laboratorio. Durante estos días de cultivo, se lleva a cabo la selección embrionaria (solo aquellos embriones que tienen más posibilidades de llegar a un resultado positivo se desarrollaran de la forma adecuada avanzando en las distintas etapas o estadios de desarrollo: células, mórula y blastocisto).

Habitualmente en torno al quinto día, varios de esos embriones han cumplimentado favorablemente su desarrollo y son blastocistos de buena calidad. Uno de ellos es seleccionado para ser transferido al útero y el resto han de ser criopreservados (no podemos mantener los embriones en el incubador más allá de este estadio embrionario).

Congelamos todos los embriones que se han generado y desarrollado favorablemente dando lugar a blastocistos cuando por razones médicas no podemos realizar la transferencia embrionaria. En ocasiones, los niveles hormonales que resultan tras la estimulación ovárica no son los más adecuados para la consecución del embarazo, disminuyendo las probabilidades de mismo o pudiendo resultar nocivo para la salud de la paciente y para la evolución del futuro embarazo. Esto ocurre, por ejemplo, si la respuesta ovárica ha sido elevada (riesgo de hiperestimulación ovárica) o si hay cambios hormonales/clínicos que indiquen que la receptividad endometrial no es la adecuada y, por lo tanto, las condiciones no son favorables para la consecución del embarazo.

 

  • Embriones en casos de diagnósticos o cribados genéticos

Se sabe que aproximadamente en un 90% de los casos de no embarazo o aborto la causa es embrionaria por alteraciones en la dotación cromosómica de los embriones que impiden un desarrollo correcto. Estas alteraciones son debidas – en la mayoría de los casos – a la edad materna avanzada. Las circunstancias sociales y laborales de los países desarrollados han propiciado un retraso en la edad a la que la mujer busca su primer embarazo y esto tiene un impacto negativo sobre las posibilidades del mismo.

Por ello, el DGP (Diagnóstico Genético Preimplantacional) es una técnica que, hoy en día, forma parte de nuestra rutina en el laboratorio de FIV y mediante la cual podemos realizar estudios genéticos en los embriones.

Para poder conocer la genética de un embrión, debemos tomar una pequeña muestra de células del mismo, una biopsia, que será analizada por los genetistas. Tras la biopsia, aquellos embriones que van a ser analizados, se congelan a la espera del resultado para, de esta manera, transferir al útero el embrión adecuado.

Supervivencia de los embriones

Si la técnica de vitrificación se realiza correctamente y los embriones que se seleccionan para ser vitrificados son de calidad, las posibilidades de que dichos embriones sobrevivan a la descongelación son prácticamente del 100% y su comportamiento es el mismo en cuanto a tasa de embarazo que el que hubieran tenido si se hubieran transferido en fresco.

Es decir, la vitrificación es una técnica segura que nos permite preservar embriones y óvulos para optimizar los tratamientos a largo plazo de nuestros pacientes.

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